Mocache, un nombre que evoca imágenes de exuberantes paisajes, ríos serpenteantes y una biodiversidad que cautiva los sentidos. Situado en la provincia de Los Ríos, este cantón se erige como un auténtico paraíso terrenal, un lugar donde la belleza natural se entrelaza con la historia y la tradición.
Bañado por las aguas del estuario del río Quevedo, Mocache se alza como una joya en el corazón de Ecuador. Conocido cariñosamente como el ‘Paraíso Escondido’, este rincón del país deslumbra con su hospitalidad, su vegetación exuberante y sus vistas panorámicas que quitan el aliento.
Sus tierras, regadas por ríos y esteros, son un verdadero festín para los sentidos. Aquí, el clima tropical se divierte con sus dos estaciones marcadas, el invierno y el verano, brindando un ambiente propicio para la vida en todas sus formas.
Mágico
Pero la verdadera magia de Mocache reside en su compromiso con la preservación del medio ambiente. En el recinto Estrella Grande, un legado de más de 50 años de cuidado y amor por la naturaleza se manifiesta en la forma de 15 hectáreas de tierra virgen.
Una montaña cubierta de vegetación exuberante y hogar de una diversidad de especies, desde monos aulladores hasta aves migratorias, protegida por generaciones que entienden el valor de conservar la biodiversidad.
Raúl Luna, líder comunitario, comparte la historia de sus antepasados, quienes tomaron la decisión visionaria de dejar estas tierras intactas, como un legado para las generaciones futuras. En este santuario natural, cada árbol, cada animal, es sagrado, y su preservación es una prioridad compartida por toda la comunidad.
Belleza
Pero la belleza de Mocache no se limita a sus bosques y montañas. La temperatura templada, con un promedio entre 23 y 33°C, invita a explorar cada rincón del cantón. Desde la Isla del Deseo, en medio del río Quevedo, hasta lugares emblemáticos como Las Campanas, donde la vida nocturna cobra vida con bailes y concursos que reflejan el espíritu alegre de su gente.
En Mocache, la naturaleza y la cultura se entrelazan en una sinfonía de colores y sonidos, creando un destino único que cautiva a todos los que tienen el privilegio de visitarlo. Con su compromiso con la preservación del medio ambiente y su riqueza natural inigualable, este cantón se alza como un verdadero tesoro en el corazón de Ecuador.
